24 Sep La primera nota
Éste es el primer artículo que escribo para el blog de mi flamante página web. La idea es publicar aquí tanto anuncios de eventos sobre literatura y traducción (propios y ajenos), como reflexiones generales sobre la traducción, temas afines y tips útiles. También voy a publicar fragmentos de algunas de mis traducciones.
Creo que esta primera contribución puede iniciar con una pregunta. ¿Por qué decidí que necesitaba una página web? Esta idea llevaba mucho tiempo rondándome, pero no acababa de creer que tener una página web fuera importante para mí. Aunque sé de varios colegas que sí tienen una página, no pensé que fuera algo que tuviera sentido, básicamente porque sentía que lo que hago quizá no bastara para llenar una página web. Y probablemente éste sea un punto sensible, porque de pronto los traductores literarios pecamos de humildad excesiva. Esto no está mal, de hecho, es una condición inherente a nuestro trabajo: los traductores no solemos reclamar la luz de los reflectores. Sin embargo, sí es importante dar a conocer lo que hacemos y no permanecer en la invisibilidad. Y éste es uno de los puntos que, seguramente, va a aparecer una y otra vez en esta página, sobre todo porque desde la Asociación Mexicana de Traductores Literarios (Ametli), de la cual soy vicepresidenta, luchamos por que se les conceda a los traductores literarios la visibilidad y el digno lugar que les corresponden.
En ese sentido, una página web propia puede ser una buena plataforma para los traductores, puesto que en ella se explica detalladamente lo que hacemos (en qué temas nos especializamos, lista de publicaciones, etcétera), por lo cual puede resultar muy útil para darnos a conocer y llegar a quien requiera de nuestros servicios. Por lo menos, ésta es la idea detrás de esta mi página web. Porque, además, no sólo traduzco literatura, también hago otros tipos de traducciones, aparte de ser intérprete y de tener experiencia en la gestión cultural. Y estas actividades, un tanto disímbolas, están plasmadas todas en mi página web.
Espero que más traductores literarios se animen a hacerse de un escaparate, que puede ser también un blog o una página de Facebook. Lo importante es ponernos un poco en el candelero y presentar con orgullo el trabajo que hacemos.