Mi mensaje en la entrega del Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2020 (texto)

Hola, soy Claudia Cabrera, traductora literaria independiente de alemán a español y vicepresidenta de Ametli, la Asociación Mexicana de Traductores Literarios. Es en ésta, mi doble calidad laboral, que agradezco al jurado que me haya otorgado el Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena en la categoría de narrativa, por mi traducción de El hacha de Wandsbek, de Arnold Zweig, publicada por la Editorial Herder de México.

Este premio me resulta muy importante, tanto a nivel individual como a nivel gremial: por un lado, reconoce mi trabajo en particular (gozoso y arduo, a la vez) y, por otro, enfoca los reflectores al gremio en su conjunto y le otorga visibilidad. Esto es sumamente necesario, porque a las y los traductores frecuentemente se nos invisibiliza. Está muy propagada la falacia de que el buen traductor debe ser “invisible”, y que sólo se le nota cuando la traducción está mal hecha. Esto refleja la mala comprensión que se tiene de la traducción literaria, que no es una mera labor de transcripción sino un acto de recreación y creación por derecho propio. Se refleja también en la muchas veces muy baja remuneración de nuestro trabajo, la cual nos deja en una situación de gran vulnerabilidad.

Por eso, en Ametli, uno de los ejes principales que nos rige es que se reconozcan los derechos morales y patrimoniales de los traductores, así como su calidad autoral, que por cierto está reconocida en la Ley Federal del Derecho de Autor. Sin traductores literarios, el mundo sería infinitamente más pobre y menos diverso. Los traductores literarios tendemos puentes entre distintas lenguas, visiones del mundo e idiosincrasias, y enriquecemos el canon literario de nuestros propios países con las obras y los autores que traducimos. El escritor portugués José Saramago sabía muy bien de lo que hablaba cuando afirmó que “Los escritores hacen las literaturas nacionales, pero los traductores hacen la literatura universal.”

Hoy, en medio de esta tan difícil situación humana y económica provocada por la pandemia del covid-19, resulta más importante que nunca seguir apoyando a la cultura en todas sus manifestaciones, con premios, reconocimientos, apoyos económicos. Los artistas y creadores de cultura, pintores, actores, músicos, escritores o, como en este caso, traductores, hacemos una contribución significativa a nuestras sociedades.

Termino agradeciendo a las autoridades culturales que conceden el premio: al Instituto Nacional de Bellas Artes, dirigido por Lucina Jiménez; a la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, encabezada por Leticia Luna; así como al estado de Hidalgo, representado por el gobernador Omar Fayad y por su secretario de Cultura, José Olaf Hernández.

¡Larga vida al Premio Margarita Michelena! Y ojalá que existan cada vez más premios de traducción literaria.